Las últimas tropelías cometidas y expresadas por la Conferencia Episcopal Española, que ha decidido entrar como un elefante en una cacharrería en plena precampaña electoral, hace que los demócratas como la gran parte de los españoles y las españolas, por cierto, muchos de ellos y ellas también cristianos, hayamos retrocedido en el tiempo algunas décadas en las que llevar el báculo y la mitra era sinónimo de apoyo a la dictadura y la represión.
Este apoyo expreso y directo al PP para estas elecciones los sitúa (aunque bien es cierto que nunca estuvieron en otro sitio) al lado de la derecha más radical, rancia, desigualitaria y antisolidaria de nuestra reciente historia democrática. Ellos han decidido exhibir esa libertad de expresión que nuestro sistema les asegura a todos los ciudadanos para orientar el voto cristiano a la derecha que representa Rajoy. Y es justo decir que no los hace más demócratas ahora el hecho de envolverse con la bandera de la libertad de expresión a unos señores que durante 40 años apoyaron a una dictadura que reprimía y anulaba derechos tan básicos como éste a millones de españoles.
Pero ahora me surgen varias preguntas que inundan mi conciencia y que me gustaría que algún miembro de esta horda de obispos me contestara. Porque ¿no es poco coherente que unos que no son capaces, no ya de apoyar las libertades y la democracia en nuestro país, sino de hacerlo precisamente en el seno de su propia organización, vengan ahora a darnos a nosotros lecciones de libertad y democracia? ¿No sería mejor que empezaran por democratizar su propia institución? ¿Os imagináis una Iglesia católica dónde las mujeres pudieran ser sacerdotes?, ¿o dónde todos éstos tuvieran la opción de elegir al Papa?, o mejor, ¿qué la elección del Papa se hiciera por sufragio universal entre todos los cristianos?, porque no hace falta recordar que Ciudad del Vaticano es el único estado europeo donde no se celebran elecciones democráticas. Entonces no sólo serían por fin creíbles, sino que con seguridad, llegarían a mucha más gente y conseguirían parar ese desangramiento que sufre la Iglesia Católica de creyentes que no se sienten representados por una jerarquía cada vez más escorada hacia el absurdo.
Mientras este país avanza hacia la igualdad de derechos para todos y todas, hacia el bienestar de las familias sean como sean, hacia el aconfesionalismo del Estado, Rajoy, Rouco y sus obispos siguen instalados en una dislexia moral que los aleja de los ciudadanos y los sitúa al lado de la España en blanco y negro que da miedo y que nos recuerda a 40 años de dictadura de terror, muerte y falta de libertades.
Este apoyo expreso y directo al PP para estas elecciones los sitúa (aunque bien es cierto que nunca estuvieron en otro sitio) al lado de la derecha más radical, rancia, desigualitaria y antisolidaria de nuestra reciente historia democrática. Ellos han decidido exhibir esa libertad de expresión que nuestro sistema les asegura a todos los ciudadanos para orientar el voto cristiano a la derecha que representa Rajoy. Y es justo decir que no los hace más demócratas ahora el hecho de envolverse con la bandera de la libertad de expresión a unos señores que durante 40 años apoyaron a una dictadura que reprimía y anulaba derechos tan básicos como éste a millones de españoles.
Pero ahora me surgen varias preguntas que inundan mi conciencia y que me gustaría que algún miembro de esta horda de obispos me contestara. Porque ¿no es poco coherente que unos que no son capaces, no ya de apoyar las libertades y la democracia en nuestro país, sino de hacerlo precisamente en el seno de su propia organización, vengan ahora a darnos a nosotros lecciones de libertad y democracia? ¿No sería mejor que empezaran por democratizar su propia institución? ¿Os imagináis una Iglesia católica dónde las mujeres pudieran ser sacerdotes?, ¿o dónde todos éstos tuvieran la opción de elegir al Papa?, o mejor, ¿qué la elección del Papa se hiciera por sufragio universal entre todos los cristianos?, porque no hace falta recordar que Ciudad del Vaticano es el único estado europeo donde no se celebran elecciones democráticas. Entonces no sólo serían por fin creíbles, sino que con seguridad, llegarían a mucha más gente y conseguirían parar ese desangramiento que sufre la Iglesia Católica de creyentes que no se sienten representados por una jerarquía cada vez más escorada hacia el absurdo.
Mientras este país avanza hacia la igualdad de derechos para todos y todas, hacia el bienestar de las familias sean como sean, hacia el aconfesionalismo del Estado, Rajoy, Rouco y sus obispos siguen instalados en una dislexia moral que los aleja de los ciudadanos y los sitúa al lado de la España en blanco y negro que da miedo y que nos recuerda a 40 años de dictadura de terror, muerte y falta de libertades.
3 comentarios:
Pues tienes toda la razón. Parece mentira que en pleno siglo XXI aún haya grupos que bajo la máscara de la santísima iglesia católica prediquen lo que los ciudadanos deben y no deben hacer en plena democracia. Parece absurdo... lo único que conseguirán es que los cristianos cada vez se sientan menos representados por una jerarquía tan autoritaria que desconoce el gran valor de la democracia. Siguen anclados en el pasado, con temor a los avances científicos porque, según ellos, van en contra de la ley de dios. Por temor a inculcar a los ciudadanos valores tan humanos y solidarios a través de la formación en los centros escolares por la sencilla razón de que, esa formación, ayudará al crecimiento del raciocinio intelecutal de los más jóvenes y, por lo tanto, a saber decidir bajo su propia elección y no bajo la vara de una dictadura tan retógrada como es la iglesia católica y su fiel amigo PP. Increíble.Ya basta de apoyar a estos sinvergüenzas que predican las idelogías más extremistas haciendo uso de la palabra de Dios faltando así, el respeto a miles de feligreses. Pòr lo tanto, no me extraña que hayan tantos cristianos que se asusten de este radicalismo eclesiástico y de su hipocresía. Basta ya. Ojalá llegue pronto el día en que la Iglesia Católica desaparezca del mapa.
No me gustaría monopolizar el tema de discusión, pero si ilustrar con un ejemplo claro la doble moral de la DERECHA pura y dura; la Conferencia Episcopal y el PP.
En mi localidad, La Palma del Condado, existe un señor del sector más duro, rancio y reaccionario de la derecha española. Este, Juan Carlos Lagares, Alcalde, Senador y actualmente candidato nº 2 al Congreso de los Diputados. Este señor voto a favor de la Guerra de Irak y en contra de que volvieran las tropas. Y ahora exhibe una pancarta en la fachada del Ayuntamiento que preside la cual dice: “La PAZ esta en tus manos”. Que verdad más clara, Lagares la Paz ha estado en tus manos y no la has dejado respirar.
Este señor tiene la poca vergüenza de Decir que esta a favor de la FAMILIA, cuando lo que esta es para hacerle favores a su familia. Hay en su localidad y en las localidades vecinas muchas familias que están rotas por desconocer el paradero de sus familiares. En otros casos saben donde están pero los planes urbanísticos de los gobernantes del PP impiden que se puedan dar sepultura y dignificar su entierro. Si no te sorprendas, en La Palma hay proyectado hacer un parque y una pista de padel sobre la tumba de 200 personas que fueron asesinadas durante la represión franquista. La zona del antiguo cementerio tiene la desgracia de ser un filón para el ladrillo y la fiebre urbanística hace que la sensibilidad que habría que mostrar para con los familiares de asesinados por el franquismo se torne en sensibilización para con el promotor y constructor que es el que mueve el dinero, esa llave que todo lo abre. Si tienes dinero se te abrirán todas las puertas del Ayuntamiento Palmerito, si no…
Bueno espero contar con vuestro apoyo en la lucha palmerita para la recuperación de la Memoria Histórica y sobretodo para que José Luís Rodríguez Zapatero y Manolo Chaves desde Madrid y Sevilla respectivamente puedan trabajar y solucionar lo que a ti y a mi nos preocupa.
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